Las fuerzas más activas y beligerantes son las de las agrupaciones vecinales que luchan por la vivienda, defienden a la población inmigrante y fortalecen la vida comunitaria.
Luego de que la economía campesina fuera reducida al mínimo, desde el inicio del neoliberalismo, los habitantes locales han encontrado en la venta de tierras la única oportunidad de ascenso social.